Estaciones
Era un viaje rutinario, se subía al subte en Pueyrredon y se bajaba en Lacroze, al mediodía el subte iba medianamente lleno, así que iba parado, pero con suficiente espacio para moverse.
Llega el subte, y se apoya contra la puerta opuesta a la que se abre, contando las estaciones que pasaban una tras otra.
Llegada cierta estación, como de costumbre, se baja la mayoría de gente, así que aprovecha a sentarse por un par de estaciones para descansar las piernas.
Se sienta, y apoya la cabeza contra la ventana que tenia atrás, (le parecía desconcertante el hecho de que haya ventanas donde no hay paisaje para disfrutar).
Al instante siente un viento cálido podria llamarse inspiración, o mejor dicho, casi un trance. Respira profundo y siente como si sus pulmones se llenaran por primera vez de un aire puro. Ya no se siente rodeado de desconocidos en un subte, en cada uno de ellos ve su rostro, y reconoce sus tristezas, alegrías, emociones, deseos, planes y decepciones. Se apropia de cada una de ellas, ya forma parte de el, ya las conoce de toda la vida, acumula experiencias, miles y miles, atesora momentos y sufre todas las tristezas que le apañan el alma. Supo encontrarse de pequeño al ver un niño preguntando, y eso lo emociono mas que nada.
Por un momento lo comprendió, y vio todo el camino recorrido, y pensó lo que le quedaba por recorrer.
Un fuerte movimiento lo hace entrar en razón, vuelve al subte, vuelve a estar rodeado de desconocidos, por suerte todavía falta una estación para Lacroze.